lunes, 9 de enero de 2012

BANDURRIA

Bandurria
Las pirámides que descansan frente al mar
UBICACIÓN GEOGRÁFICA
Cuenca
Sección de Valle
Altitud (m.s.n.m.)
UTM Central (WGS 84)
Huaura
Bajo
31
217331 E
8762127 N
UBICACIÓN POLÍTICA
Comunidad Campesina
Distrito
Provincia
-
Huacho
Huaura
UBICACIÓN TEMPORAL
Cronología
Secuencia Cultural
Filiación Cultural
3000 a 1800 a.C.
Arcaico Tardío
-
ACCESO
Se toma la carretera Panamericana Norte desde la ciudad de Lima y, a la altura del km. 141, existe un desvió hacia el oeste desde el cual se avanza por 1 km.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
Bueno
MATERIAL CONSTRUCTIVO
Cantos rodados
CATEGORÍA DEL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO
Zona Arqueológica Monumental
TIPO DE YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO
Conjunto Piramidal










Para los arqueólogos y viajeros apasionados por los temas referidos a los orígenes de la civilización, Bandurria se ha convertido en un laboratorio más para contrastar las diversas teorías sobre el surgimiento de la vida civilizada en los andes, a la vez que se recupera la historia de aquellas primeras sociedades de Huaura que se organizaron a una escala muy compleja, quizás como inicios de lo que es el “Estado Andino”, aquel con sus propias características pues así lo exigía su cosmovisión y el territorio en el cual se formaba.
Bandurria ha recibido la atención de pocos investigadores en las décadas precedentes, siendo para este caso notable los trabajos de los años 1973 y 1977 que realizaran la Dra. Rosa Fung, en ese entonces profesora de arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la Dra. Mercedes Cárdenas,   quienes fueron convocadas por el INC (Instituto Nacional de Cultura) para realizar una evaluación de los daños al sitio arqueológico que había ocasionado una inundación de la irrigación Santa Rosa.
Tras los hallazgos realizados se concluyó que el sitio tenía el carácter de una aldea la cual habría estado compuesta por estructuras menores construidas con piedras, asociadas además a unos cuantos montículos que cumplieron funciones ceremoniales (Fung 1988:88).
El Proyecto Arqueológico Bandurria
A la mitad de la primera década del siglo XXI, Bandurria nuevamente atrajo el interés de la arqueología. Con el financiamiento de la National Science Foundation de los Estados Unidos de Norte América, en agosto del 2005 el Arqueólogo Alejandro Chu Barrera inicia las investigaciones en la zona monumental del sitio arqueológico y uno de los resultados en esta primera temporada fue el descubrimiento parcial de una estructura piramidal construida con cantos rodados.
Para el año 2006 se da el financiamiento del sector público desde la Municipalidad Provincial de Huaura, invirtiendo en los trabajos de excavación de las áreas monumentales y domésticas, además de la implementación del primer circuito de visita del sitio.
Es a partir del 2007 que el Gobierno Regional de Lima asume el financiamiento del proyecto que permitió dotar de más recursos para la investigación y conservación del sitio, así como de mejor infraestructura para la recepción de visitantes.
El esfuerzo de Alejandro Chu y su equipo de arqueólogos ha logrado crear un eje arqueológico de  desarrollo socio-económico para la comunidad de Huacho y configurar el espacio científico para los debates sobre el surgimiento de la civilización en los andes.
La arquitectura símbolo de poder y cosmovisión
(Colocar plano del sitio) Bandurria presenta dos sectores, uno doméstico o sector 1 que alcanza un área aproximada de 11 hectáreas y en donde se han identificado evidencias de actividades domésticas como: restos de productos botánicos, moluscos, peces, carbón, piedras con hollín, entre otros. En este mismo espacio se registró un área de carácter funerario (Chu 2004: 94)
El sector Monumental ubicado a trescientos metros al norte del sector doméstico, tiene 20 hectáreas y está caracterizado por la presencia de 10 montículos que alcanzan entre 8 y 12 metros de altura. Las recientes excavaciones han logrado definir las características arquitectónicas de algunos de ellos, surgiendo de los procesos de excavación edificios piramidales de plataformas superpuestas construidos con cantos rodados los cuales fueron unidos con un mortero producto de la mezcla de barro y gramínea. El montículo 1 es uno de estos edificios que presenta una plaza circular hundida anexa y ubicada en la parte baja de la fachada principal del edificio.
A esta configuración arquitectónica del montículo escalonado y la plaza circular hundida se le conoce como “Patrón Arquitectónico de la Costa” surgido durante el Arcaico Tardío (3000 a 1800 a.C.)(Feldman 1992; y Fung 1999).
La arquitectura de estos primeros años de civilización en los andes, significó el medio de expresión del grado de evolución y complejidad de las sociedades de la costa, además de  convertirse en manifestación de poder de determinados grupos de aquella sociedad, quienes con ello mostraban la capacidad para concentrar esfuerzos y recursos que les permitían tener el control político, económico y religioso. La construcción de edificios de tales características era la mejor expresión de ese poder, quizás diferenciado de acuerdo al volumen constructivo y complejidad de los mismos.
Para Alejandro Chu durante el Período del Precerámico Tardío (3000 a 1800 a.C) existió en Bandurria y en toda la costa norcentral, un sistema ideológico y cosmológico que ligaba a la sociedad con un mundo sobre natural y divino. Tal sistema es posible que haya sido empleado por los primeros grupos de poder para legitimarse y ofrecer control sobre la población (Chu 2008: 140).
Entre el mar y la tierra
Hoy Bandurria ofrece un contexto paisajístico muy particular para quienes aman el desierto costero del Perú. El gran humedal que se extiende por algo más de 2.5 km. frente al sitio arqueológico, se formó como producto de la inundación provocada por la irrigación Santa Rosa, en el año 1973. Antes de esta fecha el territorio de litoral que se extendía al oeste del yacimiento arqueológico se configuraba como una extensa pampa arenosa la cual se denominaba Pampa de las Bandurrias.
Entonces el paisaje que tuvieron los habitantes de Bandurria no fue el mismo que apreciamos hoy, aunque dicha nueva configuración se ha convertido en un espacio natural muy importante para el anidamiento y refugio de especies que buscan lugares en donde la mano del hombre no altera la naturaleza, sino la deja evolucionar.
Los contrastes con el mar frente a Bandurria, en atardeceres de verano o grises brumas de invierno, recrean ambientes para el reposo de almas ansiosas de calma, de sonidos puros de la naturaleza, de poesía o acaso de aquel punto en la tierra en donde existe una confluencia entre el cosmos y la milenaria historia de nuestros antepasados.
Para incrementar tus conocimientos sobre Bandurria consultar a:
CÁRDENAS MARTIN, Mercedes
1977      Informe preliminar del trabajo de campo en el valle de Huaura, Departamento de Lima. Seminario de Arqueología, Instituto Riva Agüero, Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima.
CHU BARRERA, Alejandro
2006      Arquitectura Monumental precerámica de Bandurria, Huacho. En: Boletín de Arqueología PUCP. Primera Parte. Nº 10: Procesos y expresiones de poder, identidad y orden tempranos en Sudamérica. Universidad Pontificia Católica del Perú.
2008      Bandurria. Arena, mar y humedal en el surgimiento de la Civilización Andina. Primera Edición. Hualmay, Huaura, Perú.
FELDMAN, Robert
1992      Preceramic Architecture and Sudsistence Traditions. En: Andean Past 3: 67-86
FUNG PINEDA, Rosa
1988      Late Precerámic and Initial Period. En: Peruvian Prehistory. Editado por R. W. Keatinge, pp. 67-96. Cambridge University Press, Cambridge. United Kingdom 
199         El Proceso de Neolitización en los andes Tropicales. En: Historia de América Andina, vol. 1: Las Sociedades Aborígenes. Editado por L. Lumbreras, pp. 141-196. Universidad Andina Simón Bolivar, Quito.

CAMINO INCA EN EL VALLE DE CAÑETE


CAMINO INCA EN EL VALLE DE CAÑETE
“De la Cordillera al Litoral: Un sistema vial Inca para la conquista de un pueblo costero, Los Huarco”
Nos cuenta la historia que fueron los denominados Huarcos uno de los pueblos costeros que ofreció mayor resistencia  a la avanzada Inca hacia la conquista del mar y de las tierras del valle medio, bajo y litoral del valle de Cañete. Al mando de esta campaña militar estuvo el Inca Tupac Yupanqui quien empleó todas sus alianzas regionales y su capacidad de poder militar para someter a este pueblo costero. Así lo relata Cieza de León:
“Adelante de este valle de Mala, poco más de cinco leguas, está el de Guarco bien nombrado en este reino, grande y muy ancho y lleno de arboledas de frutales. En este valle dicen los moradores que hubo en los tiempos pasados gran número de gente, y que competían con los de la sierra, y con otros señores de los llanos. Y que como los Ingas viniesen conquistando y haciéndose señores de todo lo que veían, no queriendo estos naturales quedar por sus vasallos, pues sus padres los habían dejado libres, se mostraron tan valerosos, que sostuvieron la guerra, y la mantuvieron con no menos ánimo que virtud más tiempo de cuatro años, en el discurso de los cuales pasaron entre unos y otros cosas notables, a lo que dicen los orejones del Cuzco, y ellos mismos. Y como la porfía durase no embargante que el Inga se retiraba los veranos al Cuzco por causa del calor, sus gentes trataron la guerra, que por ser larga y el rey Inga haber tomado voluntad de la llegar al cabo, bajando con la nobleza del Cuzco edificó otra nueva ciudad, a la cual nombró Cuzco, como a su principal asiento.
Y cuentan asimismo, que mandó, que los barrios y collados tuviesen los nombres propios que tenían los del Cuzco durante el cual tiempo después de haber los de Guarco y sus valedores hecho hasta lo último que pudieron, fueron vencidos y puestos en servidumbre del rey tirano, y que no tenían otro derecho de los señoríos que adquiría, más que la fortuna de la guerra. Y habiéndole sido próspera, se volvió con su gente al Cuzco, perdiéndose el nombre de la nueva población que habían hecho.(Cieza 2005: 199-200)
Tal como expresa Cieza la resistencia social provocó incluso la construcción de toda una ciudad a la cual se denominó Cuzco, y que hoy la conocemos como Incahuasi, ubicado en la margen izquierda del valle medio de Cañete, muy próximo al pueblo de Lunahuaná.

El objetivo que esta ciudad fuera construida bajo el diseño urbano semejante al Cuzco tenía un fuerte impacto en el imaginario de la sociedad del valle. Significaba un recordatorio de la presencia imperial en esas tierras y la instauración de un nuevo orden social.


Así, con el nombre original de Cuzco o “Nuevo Cuzco”, según Cieza de León, Inkahuasi se constituyó en el asentamiento más importante dentro del valle de Cañete entre los años 1470 y 1532 d.C. pues está vinculado a la campaña de conquista dirigida por el Inca Tupac Yupanqui; y en palabras de Hyslop sería uno de los asentamientos Inca más grande de toda la costa del Pacífico (Hyslop 1985).

Se emplaza en la margen izquierda del río cañete a 35 km. del litoral y sobre los 400 m.s.n.m.

Los estudios más resaltantes y bajo análisis especializado, lo constituyen aquellos que John Hyslop realizó en visitas de reconocimiento en los años 1979, 1980, 1982 y 1983. De sus observaciones pudo definir 8 sectores cuyas evidencias de superficie y acabado arquitectónico 

define su potencial funcionalidad, diferenciándose grupos sociales.

Los Incas también instalaron una nueva versión de sistema vial, implementando un camino en ambas márgenes del río Cañete cuyo carácter principal  era el abastecimiento logístico de las tropas que se encontraban en el valle.

CANTA MARCA



CANTA MARCA
Centro administrativo de la avanzada inca en la sierra de la Región Lima
UBICACIÓN GEOGRÁFICA
Cuenca
Sección de Valle
Altitud (m.s.n.m.)
UTM Central (WGS 84)
Río Chillón
Alto
3660

UBICACIÓN POLÍTICA
Centro Poblado
Distrito
Provincia
-
Canta
Canta
UBICACIÓN TEMPORAL
Cronología
Secuencia Cultural
Filiación Cultural
1100 a 1470 y
1470 a 1555
Intermedio Tardío  Horizonte Tardío
Canta e Inca
ACCESO
Desde la ciudad de Canta se camina 5 km. por espacio de 2 horas 
ESTADO DE CONSERVACIÓN
Bueno
MATERIAL CONSTRUCTIVO
Piedras angulosas trabajadas
CATEGORÍA DEL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO
Zona Arqueológica Monumental
TIPO DE YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO
Ciudadela










Cantamarca es una de esas ciudadelas arqueológicas de la sierra de Lima que por sus avanzadas técnicas arquitectónicas sorprendería a toda ciencia y visitante, dándose a conocer  en el siglo XX por las exploraciones que realizara el Padre Villar Córdova  (1935, 1939). Basándose en sus observaciones sobre la configuración arquitectónica y el emplazamiento geográfico del sitio,  propone que en este existió una intensa actividad militar.
Posteriormente, arqueólogos como Tom Dillehay (1987) y Jorge Silva (1996) presentan a la comunidad científica “modelos teóricos” sustentados en prospecciones sistemáticas en la cuenca del Chillón, con los cuales proponen explicaciones para el entendimiento de la dinámica social y política de las poblaciones que habitaron el valle de Chillón durante el periodo Intermedio Tardío (1100-1470 d.C) y Horizonte Tardío (1470 – 1532 d.C.) y en donde, Cantamarca tuvo un rol importante.
La etnohistoria a través de María Rostworowski (1978 y 1979), ha brindado importante información para el entendimiento de la organización de los curacazgos canteños y atavillos (grupo social que dominó la margen derecha del río Chillón) sustentados en documentos y visitas del siglo XVI y XVII.
Finalmente Carlos Farfán (1994 y 2000) realizó investigaciones en los años 1984, 1987 y 1988, dirigiendo las primeras excavaciones arqueológicas en el sitio, y cuyos objetivos de investigación fueron: 1) establecer una secuencia de ocupación del sitio, 2) caracterizar la cerámica y 3) recuperar contextos funerarios que le permitan conocer  las prácticas y relaciones sociales de las poblaciones que habitaron Cantamarca.



Configuración del asentamiento
Todas las estructuras arquitectónicas de Catamarca fueron construidas en base a piedras angulosas (extraída de los cerros), unidas con mortero de barro. Cantamarca presenta dos zonas al cual se le denominan Cantamarca A y Cantamarca B (Farfán 2000).
(Plano del sitio) Cantamarca A: Lo constituyen un conjunto habitacional amurallado con un ingreso visible en forma de portada en el lado este. Las construcciones se constituyen principalmente de terrazas y amurallamientos, estructuras que le permiten crear espacios planos menores a la vez que se adapta toda la arquitectura del asentamiento a la abrupta topografía. Sobre dichos espacios asentaron numerosas estructuras que funcionaron como viviendas.
La mayoría de las estructuras presentan forma circular existiendo algunas excepciones de tipo rectangular, y que fue entendido por Farfán de la siguiente manera: “La composición del asentamiento es de carácter concentrado, con recintos de planta circular y ovalada, agrupados en unidades habitacionales independientes. Estas unidades están conformadas por un conjunto de cuatro a siete recintos que definen un patio irregular de carácter doméstico” (Farfán 2000: 174).
Dentro de algunos recintos se pueden observar columnas centrales de piedra, construidas en forma de pirámide trunca invertida, con la base más angosta en el suelo y la más amplia hacia el techo. Estos elementos se convierten en desafíos de la gravedad y proezas arquitectónicas que van caracterizar a los ingenieros más antiguos de la sierra de Lima provincias.
Cantamarca B: Son el grupo de estructuras que se emplazan en la parte de superficie más regular de la topografía existente, extendidas hacia el lado este de Cantamarca A. Aquí se pueden identificar 24 recintos de forma rectangular, con accesos cada uno en la parte central orientados hacia  un patio. Se encuentran alineados uno al lado del otro, de este a oeste, y habrían funcionado como “colcas” (almacenes de productos) durante la época en que duró la ocupación Inca (Farfán 2000: 175).
 
En Cantamarca B existen otras estructuras y sobre todo espacios amplios y de forma irregular a los cuales se les pueden denominar canchas. Aquí también Farfán ha identificado tres murallas. La primera delimita el extremo oeste y con una trinchera que corre paralelamente a esta; la segunda delimitando el conjunto arquitectónico en el lado este; y la tercera unos metros al este de la segunda y con una trinchera que la recorre paralelamente.
Las trincheras asociadas a murallas habrían cumplido tres roles fundamentales: 1) Restringir el acceso a Cantamarca B, quizás solo a grupos de élite locales o de aquellos que los Incas constituyeron; 2) Era el símbolo de la separación entre los locales y los extranjeros; 3) Para efectos de defensa ante potenciales ataques.
Cantamarca y los Incas
La arqueología ha rastreado la presencia Inca en Cantamarca, sobre los restos materiales que la población dejó. En este caso existe una gran cantidad de material cerámico correspondiente al estilo incaico, distribuido en toda la zona arqueológica.
También se ha determinado que hay una baja densidad de elementos arquitectónicos incaicos, los cuales solo han sido definidos en remodelaciones o adaptaciones en estructuras pre-existentes de acabados locales.
Para Farfán estos dos elementos conducen a pensar lo siguiente: Cuando los incas llegaron a Cantamarca lo hicieron de manera pacífica, no encontrando obstáculos para sumir el control del asentamiento; consecuentemente, las instalaciones antiguas sirvieron para establecer el aparato administrativo en directa concordancia con los jefes antiguos (Farfán 2000).
Cantamarca se constituyó desde entonces en un centro administrativo regional muy importante para la avanzada cuzqueña en la sierra de Lima y esto se ve reflejado en los caminos que se habilitaron hacia tres rutas distintas, además de todo un sistema de colcas

RUPAC

UBICACIÓN GEOGRÁFICA
Cuenca
Sección de Valle
Altitud (m.s.n.m.)
UTM Central (WGS 84)
Río Chancay
Valle Alto
3400
217331 E
8762127 N
UBICACIÓN POLÍTICA
Comunidad Campesina
Distrito
Provincia
San Salvador de Pampas
Atavillos Bajos
Huaral
UBICACIÓN TEMPORAL
Cronología
Secuencia Cultural
Filiación Cultural
1100 a 1470
1470 a 1535
Intermedio tardío
Horizonte Tardío
Atavillos
Inca
ACCESO
Desde la ciudad de Huaral al norte de la ciudad de Lima, se toma la carretera de penetración a Cerro de Pasco por un lapso de 3 horas. A la altura del puente Mataca, antes de llegar al centro urbano de Acos, ascendemos por una trocha hacia el Pueblo de la Florida de la Comunidad de San Salvador de Pampas. De aquí se sigue una ruta a pie por un promedio de 3 horas.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
Bueno
MATERIAL CONSTRUCTIVO
Piedra angulosa trabajada
CATEGORÍA DEL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO
Zona Arqueológica Monumental
TIPO DE YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO
Ciudadela

Ubicado en uno de los espolones que se desprende del Cerro Mango (antiguo adoratorio de Atavillos a 4900 m.s.n.m.) Rupac es uno de los pueblos que albergó por los años 1100 a 1470 d.C. a los Atavillos, un grupo cultural que dominaba la margen izquierda de la cuenca alta del río Chancay y que se caracterizaron por tener sus asentamientos emplazados en cumbres escarpadas del valle, con accesos restringidos, quizás como estrategia para la defensa de sus territorios y el de sus élites.
Existen investigaciones pioneras para Rupac entre las que destacan los reportes del Padre Villar Córdova (1923, 1933 y 1979), Teodoro Cassana (1976) y los primeros planos arquitectónicos levantados por Marussi Castellan (1979). Este último trabajo se constituye en la base para el entendimiento de la organización espacial del sitio y la tipificación de las diversas formas arquitectónicas existentes.
Entre los aportes desde la arqueología está el proyecto que el autor de esta publicación dirigió en el año 2001, como parte del desarrollo del curso de Prácticas Pre-profesionales de la escuela de Arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Cáceda 2005). La investigación se realizó a través de un reconocimiento superficial y tuvo como finalidad caracterizar al grupo cultural Atavillos a través del análisis de la arquitectura y los restos de cerámica.


¿Cómo es la arquitectura de Rupac?
La arquitectura de Rupac ha sido edificada en base a piedras angulosas de forma alargada unidas con mortero de barro. Además, los intersticios de las hileras fueron cubiertos con pequeñas piedras denominadas “Pashillas”.
 En Rupac se puede identificar los siguientes tipos de estructuras:
Los Kullpis: Son estructuras de planta cuadrangular y rectangular que pueden alcanzar hasta 5 metros de altura, con techos que se constituyen por lajas superpuestas que en conjunto hacia la parte externa forman una superficie ligeramente convexa, característica que algunos definen como “falsa bóveda”. Se accede a ellos por pequeños ingresos cuadrangulares que miden 50 cm. por 50 cm.
Se han identificado cuatro y hasta cinco niveles de construcción en su interior y cuyas evidencia superficiales permite ensayar hipótesis de trabajo referente a las funciones que cumplieron durante su ocupación

Nivel 1.- En el interior de algunos Kullpis existen cámaras subterráneas que por datos etnohistóricos y fuentes orales de la actualidad, se sabe que en ellas eran colocadas las momias de la familia que ocupaba el Kullpi.  Hasta ahora, en algunas de estas galerías, se ha podido hallar evidencias de osamenta humana.
Nivel 2.- Este se encuentra al nivel del suelo exterior y se constituye en el espacio donde se realizaban las actividades. Presenta mucha cerámica doméstica, así como piedras para batán.  Está dividido hasta por tres habitaciones en algunos kullpis.  Por lo general una de ellas presenta una abertura en el techo que se proyecta expandiéndose a manera de cono invertido, cuya función está vinculada a la ventilación interna de la estructura.
Nivel 3.- Este nivel se ubica por encima del nivel anterior y se distribuye como numerosos compartimientos de vano rectangular generalmente de 50 cm. de alto por 40 cm. de ancho.  En el interior resulta un espacio muy reducido.  Los 4 lados están siempre limitados por piedras largas y trabajadas, lo que otorga mayor solidez.




Las Chullpas: Son estructuras menores de planta cuadrangular y rectangular, con una altura que varía entre 1.50 m a 2.10 m.  Por lo general presentan un nivel en el interior, pero hay evidencia de estructuras con dos niveles las cuales no superan los 2 m de alto.  El umbral, las jambas y el dintel de los vanos de accesos están compuestos por un solo bloque de piedra labrada.

Muchas de las chullpas presentaban uno o dos pequeños nichitos de 10 cm x  10 cm,  dispuestos por encima del dintel del vano de acceso. El techo en las Chullpas por lo general, también adquiere la característica de “falsa bóveda”.  

En cuanto a su funcionalidad las Chullpas fueron recintos reservados para albergar cuerpos humanos enfardelados, es decir edificios funerarios. Esto es inferido a partir de los restos de osamentas humanas que están dispersas en el interior, resultado de intensas actividades de saqueo, quizás poco tiempo después de la incursión europea, como parte de las acciones de extirpación de idolatrías.

Estructuras Público-ceremoniales: Son estructuras de gran tamaño y elementos arquitectónicos de mayor complejidad. Están siempre asociadas a plazuelas o plazas, dependiendo de la extensión del asentamiento.
Sus cubiertas siempre presentan lajas grandes y pequeñas, éstas últimas formando las cornisas. En Rupac una de estas estructuras presenta 6 portales orientadas hacia una plazuela en la cual no se descartaría la presencia en el pasado de una o más Huancas (piedras hincadas en el suelo que representaban antepasados o deidades).


Estructuras posiblemente de influencia Incaica: Son todo el grupo de construcciones que de alguna manera rompen con los patrones   constructivos. En Rupac se han registrado recintos de planta rectangular y hastiales (techos doble agua) y estructuras de planta circular y rectangular alineadas, que bajo excavaciones arqueológicas podrían confirmar una funcionalidad asociada a almacenes o Qollcas.
Los Incas en Rupac
Algunos elementos arquitectónicos como los vanos trapezoidales (puertas o ventanas) así como edificios con hastiales (estructuras murarías para soportar techos a doble agua), estarían indicando la presencia de una influencia Incaica en las formas constructivas del asentamiento.
De acuerdo a los cronistas, la alteración cultural en el valle alto de Chancay luego de la llegada de los Incas, fue muy reducida debido a que los atavillos lograron una alianza con los cuzqueños quienes a la vez no alteraron el orden social, religioso y económico ya existente.
Este mismo se estaría observando en otros asentamientos atavillos en el valle de Chancay, lo que confirma que los Incas solo reconfiguraban el paisaje social en situaciones donde ellos encontraban un alto grado de resistencia social.    




 
CACEDA GUILLÉN, Daniel
2005     “Determinación arqueológica de la características Culturales en los sitios de Chiprak, Rupac, Añay y Cerro Mango, Atavillos Bajo- Chancay”. En: Revista cultura Kullpi, año 2-Nº2, Huaral – Perú.

CASANA, Teodoro
1976     “Restos Arqueológicos de la provincia de Canta”. Callao, Lima- Perú
VILLAR CORDOVA, Pedro
1923 "Las ruinas de la provincia de Canta"
En: Revista 1nca UNMSM, vol. 1, n01 Lima.
1933 "Arqueología del departamento de Lima"
1979 " Las ruinas de Ciprac"
            En: Boletín de Lima, vol. 11, nº 8.
MARUSSI CASTELLAN, F
1979 "Rupac: Análisis Urbanístico de una ciudad prehispánica"
En: Boletín del IFEA tomo VIII, nº 1, 2, 3
VILLIGER, Fernando
1979 b " Rupac la joya arquitectónica de los atavillos"
En: Boletín de Lima, vol. 1, nº 3
VAN DALEN LUNA, Pieter
2007     “Reconocimiento Arqueológico en la cuenca Alta del Río Chancay-Huaral: Margen Izquierda (distritos de Atavillos Alto, Santa Cruz de Andamarca y Pacaraos). Nuevos datos para comprender los procesos socio-culturales Atavillos”. En: Revista Kullpi. Investigaciones Culturales en la Provincia de Huaral y el Norte Chico. pp: 57-148. Año 3, Nº 3, Huaral-Perú. Marzo de 2007